El Manchester United confirmó su pase a la final de la Champions del próximo día 28 en Wembley. Los reds devils continuaron la obra iniciada la semana pasada en Gelsenkirchen y se impusieron con claridad, a pesar de dosificar esfuerzos, a un Schalke que no pudo alargar unas fechas la permanencia de Raúl, el hombre de los récords, en su competición, en la Champions.
Dado el resultado de la ida, Ferguson reservó a muchos de sus titulares pensando en la transcendental cita del próximo domingo con el Chelsea con la Premier en juego. Por eso aparecieron los menos habituales, aunque si puedes contar con jugadores de la talla de Berbatov (22 goles en 30 partidos esta temporada), Nani o Scholes el riesgo en menor.
El Schalke, con todo perdido, apostó por la valentía inicial y Rangnick sacó un 4-3-3 con Farfán, Raúl y Draxler, la gran esperanza de los mineros alemanes, en el ataque. Si tenían que quedar eliminados no quería que le acusaran de no haber intentado la gesta.
Pero el United, que jugará en Wembley su quinta final de Copa de Europa, dio pocas opciones a los germanos. Los de Ferguson tuvieron el control del partido desde el pitido inicial y supieron gestionarlo con inteligencia. Para que el partido adquiriera, aún más, el aspecto de trámite, Valencia adelantó a los locales en el minuto 26 tras un gran pase de Gibson y cinco minutos después éste llevaba el 2-0 al marcador tras asistencia de Valencia.
Mientras, el Schalke deambulaba, perseguía sombras. Farfán no podía explotar su velocidad ni Raúl, al que hicieron un penalti por agarrón de los que no se pitan, su inteligencia. Los alemanes marcaron, a través de Jurado, en su primer remate serio a puerta en el 34' pero ni aún así creyeron posible un milagro.
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