martes, 22 de marzo de 2011

La Luna cercana a la Tierra atrae a las masas de agua


Los 380 mil kilómetros que suelen separarnos de la Luna no son suficientes para evitar que influya sobre el planeta Tierra. Menos aún cuando se acerca a 356 mil 577 kilómetros, como ocurrió el sábado 19 de marzo, durante el fenómeno denominado perigeo, que permitió verla 30% más grande. El efecto del acercamiento del satélite suele observarse más claramente sobre las grandes masas, como las aguas, lo que se refleja en las mareas. Así ocurrió el sábado, cuando por la influencia de la Luna cercana subieron las mareas. Sin embargo, según explica Omar Arias, físico y médico nuclear, esto no traerá ninguna otra consecuencia para el ecosistema. No provocará gigantescas mareas, erupciones volcánicas, terremotos ni tsunamis. Arias explica el fenómeno: "La gran masa oceánica está influenciada por la atracción de la Luna y el Sol, aunque la influencia lunar es superior por su mayor proximidad. El agua se desplaza según la localización del foco de atracción y cuando las fuerzas de atracción de la Luna y el Sol entran en conjunción, las mareas son más intensas". Añade que la Luna no gira en torno a la Tierra sino que ambas giran en torno al centro de sus masas. Sin embargo, al ser la Tierra un cuerpo grande, la gravedad que sobre ella ejerce la Luna es distinta en cada punto. "Mientras la Tierra gira en torno al centro de gravedad del sistema Tierra-Luna, aparece a la vez una fuerza que intenta deformarla, dándole el aspecto de un huevo. Este fenómeno se llama gradiente gravitatorio, el cual produce las mareas", explica Arias. Como la Tierra es sólida, la deformación afecta más a las aguas y a la atmósfera. Eso es lo que causa el efecto de que las aguas suban y bajen dos veces al día, pues suben en los puntos más cercanos de la Luna y bajan en los más alejados.

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