viernes, 31 de enero de 2014

Renfe busca el 80% de ocupación en el AVE manteniendo los precios rebajados

Renfe busca el 80% de ocupación en el AVE manteniendo los precios rebajados













Renfe agitó el mercado del transporte en España, hace ahora un año, con la rebaja de un 11% en la tarifa base del AVE y toda una serie de tarifas flexibles. Y justificó su ofensiva por la necesidad de popularizar el tren de alta velocidad. Por entonces, el operador ferroviario apenas alcanzaba cotas del 40% al 60% de ocupación, y ha conseguido subir hasta el 70% al cierre de 2013, según datos preliminares que maneja la compañía. Pero el objetivo está más arriba: Renfe persigue entre el 75% y el 80% de media, un techo similar al de la alta velocidad en Francia.

En España solo el AVE Barcelona-Sevilla, el Madrid-Barcelona y el Barcelona-Málaga llegan a esos índices. Para elevar la media, la empresa dependiente de Fomento decidió apartar al AVE de la subida generalizada de otros servicios y mantiene congeladas las tarifas con la rebaja de 2013. La entrada de 2014 ha supuesto un encarecimiento medio del 1,9% en Cercanías, media distancia convencional, Feve y Avant.

Fuentes cercanas a la compañía explican que el citado 80% de nivel de ocupación es un listón óptimo que no debe superarse para evitar tensiones entre oferta y demanda con problemas de overbooking. La empresa que preside Julio Gómez Pomar flexibilizó los precios del billete adaptando las tarifas a lo que está dispuesto a pagar el viajero, práctica común en el sector aéreo. De este modo, rebajó un 11% la tarifa general e introdujo la tarifa flexible, con descuentos del 30% al 70%, primando la anticipación en la compra de los billetes y con limitaciones en cambio de fechas, anulaciones o asignación de asientos.

También comenzó a comercializar la oferta Mesa, con el 60% de descuento para grupos de cuatro viajeros; mejoró las condiciones del bono de diez viajes; bonifica los billetes de ida y vuelta, y ofrece billetes de bajo coste a menores de 26 años.

El resultado es un récord de viajeros en los servicios comerciales: AVE y larga distancia. Estos venían de perder 480.000 pasajeros en 2012, cayendo a 22,35 millones. Un descenso que ha sido recuperado con creces en 2013, al culminar el ejercicio con 25,6 millones de pasajeros.

De esa cifra histórica, 14,7 millones fueron usuarios del AVE –animado por la entrada en servicio de la línea Madrid-Alicante– y 10,9 millones adquirieron billetes del resto de servicios de larga distancia. El pico hasta ahora era de 23,2 millones en 2008 y la clave de la mejora, según defendiende la compañía, está en la política de precios.

En cuanto a las obligaciones de servicio público (Cercanías, media distancia condicional, Avant y Feve), la clientela de Renfe cae desde los 441,3 millones de pasajeros de 2012 a los 440 millones de 2013 (410 millones son usuarios de Cercanías). La crisis, sumada a las transferencias a Cataluña, explica buena parte de este retroceso. Pese a ello, los ingresos por obligaciones de servicio crecieron un 3% el año pasado.

Renfe está ejecutando una agresiva estrategia comercial, desafiando a aerolíneas y transporte por carretera, al tiempo que lleva a cabo una reestructuración interna en busca de una mayor rentabilidad. En los servicios comerciales (AVE y larga distancia convencional) la cifra de pasajeros subió un 14,8% en 2013, mientras los ingresos se han incrementado un 2,4%. Sólo el AVE ha mejorado un 21% en usuarios y un 5% en facturación.

Los ingresos de Renfe Operadora suben hasta los 2.807 millones, con un 4% de alza, pero el ebitda se desploma desde los 385 millones hasta los 250 millones con que se prevé el cierre de 2013. La subida de los cánones pagados al Adif por el uso de vía explican parte de la caída.

En cuanto a los ajustes, la firma ha ahorrado 40 millones con la reducción de un 20% en las frecuencias (700 trenes) en servicios regionales; tiene presentado un expediente de regulación de empleo que podría afectar a 600 trabajadores (el 4% de la plantilla); ha reducido de 85 a 62 millones de euros el coste de los servicios a bordo en el AVE; ha ajustado el coste del mantenimiento; ha mejorado la eficiencia en talleres, y tiene un contrato de suministro de energía más barato.

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