El calzado más típico y tradicional de
Menorca se llama avarca. Se trata de una sandalia que tiene la suela de caucho
y el empeine de piel, con una tira en el talón del mismo material. Antiguamente
la calzaban pastores y jornaleros.
Antaño la suela se hacía con ruedas ya
usadas y el resto de la sandalia con cuero de cerdo o de buey con el pelo hacia
fuera. Lógicamente eran muy rústicas y sólo existían en el color original de la
piel.
Hoy se fabrican en todos los colores y con
diseños diferentes y, aunque generalmente son de piel de vaca, también se
encuentran en tela, esparto o con un trenzado de rafia. Incluso siguen una
tendencia de moda cada temporada, que este año se refleja en los dibujos y el
pasado fue en los troquelados.
La popularidad de este calzado ha
aumentado en los últimos años de manera considerable y entre sus fieles
seguidores se encuentra S.M. la Reina Doña Sofía, que acostumbra a utilizar
avarques durante sus vacaciones en Mallorca.
La fuerte demanda ha hecho que fabricantes
menorquines dedicados tradicionalmente a líneas más finas de calzado se sumen
también a esta moda incorporando a sus colecciones nuevos diseños.
Este tipo de sandalias se puede encontrar
en muchas zapaterías, aunque hay que asegurarse de que sean las auténticas
avarques menorquinas. Al parecer, sólo las que proceden de este lugar encajan
en el talón con total precisión.
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