jueves, 14 de junio de 2012

Nuevo chasco de Alonso

Viajar en perigrinación. Esa es la idea que, con ironía, expresaba Stefano Domenicali, tras ver como se escapaba de las manos de Fernando Alonso la posiblidad de victoria por segunda vez consecutiva. Mónaco fue un chasco: a punto de empezar el ataque final a un Vettel con gomas en peor estado, te paran la carrera y te restan la ventaja al permitir el cambio de ruedas. Montreal fue peor: un golpecito por detrás y te quedas enganchado en un piano. Lo más hiriente es que el tío que te pone fuera de carrera es el que acaba vencedor ¡Después de haber pasado seis veces por los boxes!
 Con todo en contra no es de extrañar que al bueno de Domenicali le diera por decir: «Tendremos que organizar una excursión a Lourdes o algo así para ver si podemos revertir la situación». Este uno de esos giros que hace aún más italiano al equipo de Maranello. Bromas a un lado, en Fórmula Uno, ni con con toda el agua bendita de Lourdes se puede hacer frente a la poción mágica, también en forma líquida, llamada Red Bull. No se trata de milagros, tal vez sí de un poco de suerte, pero el éxito se logra aquí con física, química y organización.

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